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BETTY FRIEDAN Y KATE MILLET DOS VIDAS.

DOS MIRADAS DEL FEMINISMO

 Gurutze Olaizola Larrañaga   Gurutze Olaizola Larrañaga. Psicóloga. Sexóloga. Grupoanalista. Psicodramatista. Trabaja en clínica privada en encuadre individual y grupal.

Resumen El recorrido personal tiene una gran influencia en como vemos el mundo que nos rodea, e inexorablemente, en como interpretamos los acontecimientos que vivimos. Dos mujeres, coetáneas, influyentes dentro del movimiento feminista, que remaron juntas pero con dos miradas distintas a la hora de ver la cuestión de las mujeres. Donde Friedan, aboga por trabajar por la igualdad. Millet, resalta la necesidad le liberar a la mujer. Si la primera favorece el encuentro entre los sexos, la segunda, la dificulta. Un pequeño recorrido de sus vidas, a partir de sus propias autobiografías, nos permiten entender sus diferencias teóricas a la hora de explicar la situación de la mujer. Betty Friedan, en su libro, “Mi vida hasta ahora” (2003), Y Kate Millet en, “Viaje al manicomio” (2022).

Palabras clave. Betti Friedan, Katte Millet, Feminismo, Igualdad, Liberación

Introducción   El recorrido personal tiene una gran influencia  en como vemos el mundo que nos rodea, e inexorablemente, en como interpretamos los acontecimientos que vivimos.

Quiero contrastar dos enfoques diferentes de entender la causa de la mujer. Voy a hablar de dos mujeres que han sido importantes y han marcado en la historia su modo de entender la relación entre los dos sexos. Cada punto de vista trae consigo un modo de relación y encuentro entre los sexos.

Ambas fueron  importantes en el feminismo norteamericano, coetáneas, que compartieron su inquietud y trabajaron por la igualdad de derechos entre ambos sexos. Las dos, incluso juntas, remaron en el mismo sentido, pero con una interpretación distinta de las razones de dichas diferencias. Betty Friedan es más moderada en sus planteamientos, mientras que Kate Millet aporta un punto de vista más radical. Aunque ambas han dejado su huella en la historia, se podría decir que ha “ganado” la corriente más radical, ya que en ella estamos imbuidas.

Un pequeño recorrido de sus vidas, a partir de sus propias autobiografías, nos permiten entender sus diferencias teóricas a la hora de explicar la situación de la mujer. Betty Friedan, en su libro, “Mi vida hasta ahora” (2003), Y Kate Millet en, “Viaje al manicomio” (2022).

Betty Friedan. (Illinois, 1921- Washinton D.C.,2006) (85años)    

Tomo sus palabras, “La ideología ha de nacer de la verdad personal” (2003).

Eran judíos. Su madre trabajaba en el periódico de la ciudad y llego a ser directora de la página femenina. A los 20 años se casó con un joyero que le doblaba la edad y dejó de trabajar. No era feliz y el ambiente de la casa dependía del humor de ella. A veces la implicaba a ella urdiendo pequeñas conspiraciones contra su padre, que sabía le enfadarían mucho. Eso, después, la hacía sentir muy mal. Convivía con el humor cambiante se su madre y la ira de su padre que a veces volcaba hacia ella. Se prometió que de mayor trabajaría porque esa era la causa de la infelicidad de su madre.

Por suerte, encontró la lectura como vía para abstraerse de todo ello. En casa no paraba de leer y en la escuela era feliz. Le adelantaron varios cursos. Se graduó suma cum laude y le dieron una beca para cursar Psicología en Berkeley. Primera vez que dotaban de esa beca a una chica. Rechazó la beca y así es como lo explica:

Viví sumida en la incertidumbre y la duda durante días enteros, incapaz de pensar en otra cosa. (…), un muchacho me dijo: “ Lo nuestro nunca saldrá bien. Yo jamás ganaré una beca como la tuya”. ¿Pensé acaso que si proseguía mis estudios, escogía irremisiblemente la fría soledad de aquella tarde? Rechacé la beca, con alivio, pero en los años siguientes fui incapaz de leer una sola palabra de la ciencia que una vez consideré como el trabajo de mi vida futura; el recuerdo de lo que había dejado me resultaba demasiado doloroso.

(Friedan, 1974:104)

Ella dice que rechazó la beca porque no sabía quien era ni lo que quería ser, pero sus palabras la contradicen. Pienso que sintió miedo a ser ella, a seguir lo que realmente sentía por miedo a que no la quisieran, temor a quedarse sola.

Al rechazar la beca se puso a trabajar en una agencia de noticias y haciendo un reportaje sobre una huelga en Nueva Jersey, en una fábrica prácticamente de mujeres, vio que éstas cobraba menos dinero que los hombres por el mismo trabajo. Sin ser consciente de ello empezó a fraguar su libro.

Se casó en 1947, con 26 años y tuvo tres hijas. Ella era el sostén principal de la familia. En el segundo embarazo fue despedida y su marido asumió el peso económico mientras ella se dedicaba a la casa. Hacía años le había aparecido asma, sabía que era algo psicosomático, y en este momento dificil para ella volvió a aparecer. Un médico le dijo; “¿Por qué se empeña usted en ser una simple ama de casa? ¿Acaso no se graduó suma cum laude en psicología?” (2003). Volvió a retomar  la terapia psicoanalítica que había iniciado hacía unos años, algo que con interrupciones mantuvo  a lo largo de toda su vida.

En 1963 publica su libro; “La mística de la feminidad”. Obtuvo un gran éxito, vendiéndose como un auténtico best seller.

Su popularidad creció, su poder adquisitivo también pero su matrimonio se deterioró más. Ella no fue capaz de marcharse ni de marcar unos límites claros y aceptó los malos tratos. Era otra vez la lucha entre dejar desarrollarse plenamente o abortar el goce personal por no aceptar la incertidumbre del camino en solitario. Aunque  no real, era ese miedo a la soledad  que llevaba con ella en lo más profundo, lo que le impedía permitirse volar y atreverse a ser.

Llevaba una vida intensa de viajes, movimientos sociales por los derechos de las mujeres, conferencias, entrevistas, como la que le hizo a Indira Gandhi, y sin embargo, como ella misma dice, le daba miedo el divorcio y durante años convivieron con el alcohol, la palizas, las provocaciones mutuas… una situación que sabía no era sana pero del que no era capaz de salir. Finalmente, en 1969, se divorció. Es curioso cómo lo explica; “ Muy bien, después de la conferencia me voy a París tres días yo sola. Y si soy capaz de hacerlo y no morir en el empeño, en cuanto vuelva a casa me divorcio” (2003). Así lo hizo.

NOW, National Organization for Women  

Tal y como cuenta, el 29 de junio de 1966, en un almuerzo se decidió que el movimiento de mujeres se llamase NOW. Ella, en una servilleta de papel escribió la primera frase de la Declaración de Principios; “Acometer las acciones necesarias para que se incluya a las mujeres en la corriente general de la sociedad norteamericana ya, ejerciendo todos los privilegios y responsabilidades que de ella se derivan, en una asociación auténticamente igualitaria con los hombres”. NOW empieza oficialmente el 29 de octubre de 1966, con 30 miembras. Ella era la presidenta, cargo del que dimitirá en 1970, después de haber organizado una  gran manifestación que movilizó a miles de mujeres con un éxito de participación. Consiguieron que el proyecto de  ley, de no discriminación por razón de sexo, fuera ley.  

Kate Millet.  (Minnesota, 1934- París, 2017) (83 años)

En el libro, apenas habla de su infancia. Era la mediana de tres hermanas. Menciona a un padre bebedor que le daba azotes en el culo y que su madre echó de casa porque se relacionaba con otras mujeres.  Ella estaba en la adolescencia. No le volvió a ver hasta veintiún años después. Tuvieron un pequeño encuentro en el que él apareció con un ejemplar de Política Sexual, debajo del brazo.

Estudió Lengua inglesa y se graduó con honores. En 1961, se trasladó a Japón para dar clases de inglés y dos años más tarde volvió a los Estados Unidos con el escultor Fumio Yoshimuro, con quien se casó en 1965. Estuvo casada 10 años.  Paralelamente mantuvo relaciones homosexuales y una vez separada tuvo varias parejas.

En 1970, escribió Política Sexual. Fue su tesis doctoral y se convirtió en un auténtico best seller, que ha dejado una gran huella y tiene una enorme influencia en el feminismo del momento y actual.

En 1973, fue ingresada en un psiquiátrico por su madre, hermana mayor, Sita (pareja del momento) y Fumio. Diagnosticada de psicosis maniaca-depresiva. Estuvo ingresada pocos días y fue “liberada “ por abogados de los Derechos Civiles que estaban en contra del ingreso forzoso. Fue miembra fundadora de Network Against Psychiatric Assault (NAPA), red contra el asalto psiquiátrico.

En 1980 viaja a Irán con su pareja Sophie y es expulsada. Ese verano se compró una granja con intención de crear una comunidad de mujeres artistas. Llevó a nueve chicas a pasar el verano y ayudarla a reconstruir la granja mientras desarrollaban sus facetas artísticas. Dejó de tomar litio, poco a poco fue volviéndose más irascible y las chicas se fueron marchando. Sophie le presionaba para que volviera a tomar el medicamento y ella lo eludía por considerar que no lo necesitaba. Se fue volviendo cada vez más caótica y terminó con un segundo ingreso, en el que intervienen, su hermana menor, Sophie y Washburn, una amiga. Vuelve a tomar litio.

En 1988, contacta con un grupo cercano a la antipsiquiatría y deja el litio, ya definitivamente, según ella. Retoma la granja y es un éxito.

Kate Millet, era miembra de la delegación de NOW en Nueva York. Tomó parte activa en la gran manifestación del 26 de agosto de 1970.

 

DIFERENCIAS EN EL ENFOQUE DE LA CUESTIÓN DE LA MUJERES


BETTY FRIEDAN KATE MILLET
La corriente general. Refiere a una  igualdad de oportunidades y derechos. Lo personal es político. Liberación de la mujer 
Orquestación social de ensalzamiento de lo femenino. Económicamente les venía bien El amor es el opio de las mujeres
Mantenimiento de un sistema tradicional Patriarcado. Dominio de un sexo sobre el otro
Las relaciones entre los sexos entran dentro de las relaciones humanas y son complejas La relación entre los sexos es política porque es una relación de poder
El mundo contra mí. El patriarcado contra mis ideas y por eso me encierran en el Psiquiátrico
Renunciar a ser por temor a quedarme sola No me dejan ser
Conclusiones

 Hay continuamente dos puntos de vista diferentes a la hora de entender la cuestión de las mujeres. Friedan aporta un enfoque más sosegado, de comprensión y entendimiento de los problemas entre los sexos, enmarcándolo dentro de unas relaciones complejas entre los mismos. Unas relaciones más humanas, donde la desventaja de la mujer se mezcla con el deseo en las relaciones y proyectos de vida. Así lo expresa; “Para mí el movimiento de mujeres siempre ha tomado parte de mi profunda revolución de los roles definidos en función de sexo; no se trataba de mujeres contra hombres sino mujeres y hombres desechando los roles obsoletos establecidos en función de sexo que nos impedían ser lo que todas podíamos ser” (Friedan, 2003, pp,258-259). (La bastardilla es mía)

Millet, es más confrontadora, para ella el hombre oprime a la mujer y hay que liberarla. Parece olvidarse de la relación de deseo, amor, e interdependencia entre ambas. Arrastramos la interiorización de unos roles que  marcan nuestras vidas. Hemos heredado su rabia y hablamos en un lenguaje duro con palabras como, machismo, hembrismo, patriarcal, liberación, opresión…colocándonos más en un estado defensivo que de apertura, hacia el otro sexo

Estaría bien que pudiéramos empezar a enfocar el futuro de nuestras reivindicaciones desde el encuentro entre los sexos, desde un apoyo mutuo y menos beligerante. Somos seres sexuados, y como tales, nos buscamos y necesitamos. Salir de los prejuicios asociados al sexo, como son la feminidad y la masculinidad, nos permitirían ser más libres y poder acercarnos a las personas pudiendo trascender la representación ficticia de nuestras mentes.

. …porque andando se hace el camino…

Escribo como mujer (en femenino)

 

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