+ 34 680 681 366

 

Tiempo ha habido todos estos días de encierro para retomar antiguas lecturas, cosas pendientes, refrescar ideas y dedicarle un tiempo a la reflexión. Así he estado pensando sobre las relaciones de pareja, en lo que buscamos en ellas, en lo que nos dan, lo que nos enriquecen y también en lo que nos quitan.

Buscamos y ansiamos una relación porque en ella encontramos ese sentimiento profundo de sentirnos queridas, de sentir que alguien está ahí para los momentos en los que nos encontramos desanimadas, tristes por algo. Porque el infortunio en un momento dado nos ha truncado una ilusión, porque un revés nos ha frenado nuestro proyecto, porque una pérdida nos ha sumido en la tristeza… Buscamos amor, esperamos apoyo, queremos reconocimiento, necesitamos que nos reconforten,,, todo eso y más, anhelamos en una relación de pareja.

Por otra parte, también nos ilusiona algo tan importante cómo tener una familia, tener descendencia, tener una criatura con quien emocionarnos cada día, a quien ayudar a crecer, ver cómo crece y ver cómo se hace una persona que maneja su propia vida, cómo busca su felicidad, su destino su proyección y su futuro.

Por desgracia, también muchas veces esa ansiada relación se convierte más en una cárcel, un sitio que nos limita más que un lugar donde crecer. Queremos manejar la vida de la otra persona, que esté ahí cuándo la necesitemos porque el amor es entrega, es atención, es preocupación, es todo lo que necesitamos en ese momento, y lo que en realidad hacemos es aprisionar, quitar una libertad sana y legítima.

Buscamos llenar con ella nuestros vacíos, lo que nos falta, que nos dé felicidad. Eso que nunca logramos apaciguar puesto que el vacío lo llevamos dentro, en nuestro propio ser, y no es posible compensarlo desde fuera. Por eso presionamos solicitando que nos den eso que nos falta, cuando es algo imposible, y sin querer, vamos apretando, vamos restando la libertad de la otra persona. Porque,,, ‘’La solución no la tienes tu, la solución está en mi’’.

Es cierto que venimos con carencias, todas las personas las arrastramos, es algo de lo que muchas veces no somos conscientes, y al relacionarnos es cuando éstas se ponen en evidencia. Sobre todo en una relación de pareja, porque es donde creemos que más podemos exigir, y porque es de donde más esperamos recibir.

Sin embargo una relación es generosidad, libertad, respeto… Es, repasando una de mis lecturas donde he visto reflejado lo que quiero expresar…

“El amor auténtico debería basarse en el reconocimiento recíproco de dos libertades; cada uno de los amantes se viviría como sí                                                     mismo y como otro; ninguno renunciaría a su trascendencia, ninguno se mutilaría; ambos desvelarían juntos en el mundo unos                                                       valores y unos fines”.
(Beauvoir, El segundo sexo, pag. 835)

 

…porque andando se hace el camino…
Escribo como mujer

 

Gurutze Olaizola Larrañaga

 

Share This