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Un tiempo atrás se consideraban frígidas a muchas mujeres porque no conseguían disfrutar a través del coito. Después el clítoris supuso una cierta integración del placer a través de esa forma. El movimiento feminista trabajó mucho en ello y las mujeres empezaron a integrar y demandar a sus parejas el juego y el placer a través del mismo. Hubo un sector del feminismo más radical que promulgó la idea de que  las mujeres no necesitábamos a los hombres, nos valíamos por nosotras mismas para lograr el placer deseado por lo que su compañía no se hacía necesaria. Exagerado, por supuesto.

 

Un misterio parece que resulta el orgasmo en la mujer. ¡Cuantas veces se me pregunta en consulta sobre ello!. La mujer tiene diferentes maneras de llegar al orgasmo: Sólo a través de la mente estimulada con las fantasías, con caricias únicamente en los pechos, y los modos más conocidos como a través de caricias en el clítoris y con el coito.

 

El clítoris y el coito son los modos más generalizados y habituales. Esto es lo que despierta dudas y preguntas:¿Cuál es mejor, más intenso, más gratificante?. ¿Es anormal no llegar al orgasmo con el coito?. ¿Existe el orgasmo vaginal?. ¿Seré anormal?.¿Podría llegar a alcanzar el orgasmo con el coito?.¿Por qué yo no llego así al orgasmo?.

 

Cuando hablamos de orgasmo, ¿de qué hablamos realmente?. Es difícil definirlo concretamente puesto que a nivel corporal se dan unos fenómenos fisiológicos claros, pero sobre todo lo que va delante y le acompaña durante toda la relación erótica hasta que culmina en el orgasmo es una vivencia subjetiva, única e individual, en la que la principal protagonista es la mente.

 

El orgasmo es un fenómeno psico-fisiológico, en el que están involucrados el cuerpo y la mente. A nivel genital y desde el punto de vista fisiológico el orgasmo es fundamentalmente un reflejo, aunque más complejo que otros. La mente está presente a través de las fantasías eróticas, a las que acompañan todo tipo de estímulos externos a través de los sentidos: Tacto, olfato, vista, oído y gusto.

 

En todo esto, quizá, lo que nos confunde es nuestro modo de hablar, que al no ser correcto nos hace perdernos en el entendimiento del fenómeno. Decimos, orgasmo clitorídeo y/o orgasmo vaginal, y ya ello nos hace perder el verdadero sentido del fenómeno, ya que, el orgasmo es uno. No hay diferentes orgasmos, sino modos, maneras diferentes de llegar y disfrutar del mismo.

 

Explicado a grandes rasgos y de forma sencilla, se puede decir que se llega al orgasmo  cuando la excitación erótica ha llegado al punto más alto. En ese recorrido la mente está en marcha, los sentidos se acentúan y se va produciendo un aumento de la excitación junto con los cambios fisiológicos necesarios, hasta que una vez llegado al punto máximo es cuando se produce el orgasmo.

 

Por lo tanto, no hay diferentes orgasmos, al orgasmo se llega, y hay diferentes maneras de hacerlo. La vivencia del mismo es subjetiva y por lo tanto individual. Legar a él de una manera y no de otra depende de las características individuales dentro de esa subjetividad individual. La posibilidad de lograrlo siempre está abierta, aunque si nos centramos en ello como objetivo y meta es probable que fracasemos. Se trata de disfrutar, no de trabajar, dejemos pues que los acontecimientos se vayan sucediendo libremente.

 Gurutze Olaizola

Psicóloga-Sexóloga

 

 

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