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LA RESILIENCIA

Resiliencia, ser fuerte a pesar de las tormentas.

Hay personas que se caracterizan por su gran capacidad de resiliencia. Precisamente son aquellas que tienen como arma su capacidad de seguir a flote ante las dificultades y como principal sostén la visión de la dificultad como aprendizaje.

Ellas saben que la inmunidad al sufrimiento es imposible y comprenden que las tormentas que hacen a nuestros días oscuros también son oportunidades para sobreponerse. Por lo que se arman de valor y continúan, teniendo como objetivo proseguir para crecer, a pesar de las adversidades.

Cuando  hablamos de resiliencia solemos pensar en hechos traumáticos, como la pérdida de un ser querido, como a sobrevivir a un accidente o a situaciones de diversos maltratos o abusos… Pero en nuestro día a día también se dan situaciones complejas que tenemos que enfrentar. No hace falta que suceda una catástrofe, superar cualquier dificultad cotidiana como hacer frente a las críticas, conseguir superarse o comenzar el día con una sonrisa tras una época de tristeza también es ser resiliente.

Todas las personas tenemos nuestras propias batallas con las que lidiar y nuestros propios recursos para hacerles frente de una manera u otra, tan solo hay que descubrirlos.

Hay personas que son resilientes porque han tenido un ejemplo de resiliencia a seguir, como sus padres o un hermano, pero otras han aprendido a lidiar y sortear las piedras del camino por sí solas: han aprendido a partir del ensayo y error, se ha hecho fuertes a partir de sus propias cicatrices. Es también algo innato que las personas tenemos, pues llevamos un sentimiento hacia la vida.

Esto nos indica que la resiliencia es una habilidad que todas las personas podemos tener y desarrollar. Las personas resilientes tienen la capacidad de ser flexibles ante la diferencia y la adversidad. Saben que ir en contra de las circunstancias las hará perder energía y optan por tener una mente abierta ante las diferentes opiniones y circunstancias. Se desprenden de sus viejas creencias, prejuicios e inseguridades para vestirse con nuevos trajes que les acompañen en los momentos de cambio. Pero no se adaptan por resignación sino porque saben que existen otros mundos diferentes que no por ser distintos son erróneos.

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