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El poder de los abrazos: qué son, beneficios, sus tipos                                     y lo que significan

      imagen abrazo                                                                                     

 

Los abrazos

¿Qué es un abrazo? ¿Cuál es su definición? Si miramos en el diccionario encontramos una definición como: Acto de rodear con los brazos a alguien o de hacerlo dos personas entre sí como muestra de afecto, cariño, felicitación, etc.. Seguro también  que para cualquier persona esta definición será diferente ya que para cada una los abrazos son y significan algo distinto, por supuesto dependiendo también de la persona con la que los des y de la situación determinada.

Podríamos decir que los abrazos son la muestra de afecto más poderosa que existe. Tenemos miradas, tenemos las palabras, las caricias, incluso los besos, todos ellos para demostrar nuestro cariño a otras personas, sin embargo, los abrazos están un paso muy por delante por todo el cúmulo de sensaciones que nos hacen sentir.

No hay duda de que nos acordamos de ciertos abrazos, que los recordamos con ternura y nostalgia: el abrazo de las personas más cercanas cuando llorábamos de pequeñas, el que te daba (o te da) cierta persona especial, el que te daba (o te siguen dando) familiares entrañables cuando les veías, el que te dan tus hijas  cuando hace un tiempo que no os veis, el que te das con cierta amiga cuando volvéis a quedar después de meses sin veros…

El contacto físico, el tocarse cuando se habla con alguien, las caricias, los besos y abrazos Todas estas son diferentes muestras de afecto que son esenciales en las relaciones que tenemos con las demás personas. En nuestra identidad como seres vivos también somos seres sociales que necesitamos (sí, lo necesitamos) estar con otras personas y relacionarnos con ellas. Dependiendo de la esfera en la que nos movamos por supuesto que la forma en que expresamos nuestro afecto o cariño es diferente: no es lo mismo cómo expreso a una compañera de trabajo mi cariño en su cumpleaños dentro de la oficina, como fuera luego en el bar de abajo, como no lo expreso igual a mi madre, padre,  a mis hermanas, a mis amigas o a mi pareja.

 

Para qué sirven los abrazos

Principalmente para demostrar a la otra persona que tenemos algo de afecto hacia ella. Aquí existen niveles y tipos de abrazos como veremos más abajo, ya que un abrazo puede servir para indicar multitud de cosas diferentes:

  • Te he echado de menos
  • Te echo de menos
  • Me alegra mucho verte
  • ¡Hemos ganado!
  • Estoy orgullosa de ti
  • Quédate conmigo
  • Me alegro por las noticias
  • ¡Felicidades!
  • Me encanta tu compañía
  • No te preocupes que todo va a salir bien
  • Aquí estoy para lo que necesites
  • Te deseo
  • Te quiero
  • Etc

 

Beneficios de los abrazos

No hace falta justificar de forma científica por qué es bueno dar abrazos. Creo que todo el mundo, desde la bebé más pequeña a la persona más mayor sabe qué se siente muy bien cada vez que reciben un abrazo. Podremos no saber las hormonas que segregamos o las partes de nuestro cuerpo que se activan, pero todo el mundo sabe cómo nos hace sentir un abrazo de nuestras personas más cercanas, de nuestra pareja o de nuestro hijo.

A nivel científico existe un experimento muy revelador: en un hospital teniendo a unas cuantas recién nacidas, se eligieron a la mitad y a ellas se les aplicaron caricias, se les tocaba, etc. A la otra mitad solo se les alimentaba pero sin apenas contacto físico. Los resultados dieron que las que habían recibido contacto físico estaban más sanas y habían ganado más kilos.

Esto revela lo importante que es el contacto físico no solo a nivel emocional, social o psicológico, sino también a nivel físico. Si extrapolamos hacia el resto de edades, podemos concluir lo importante que es tener un contacto físico con nuestras hijas, durante toda la vida. Ya que incluso en la adolescencia (etapa en la que pueden rehuir más de este tipo de afecto), les seguirá afectando y aportando el hecho de que les abracemos, les besemos, les digamos que les queremos, etc.

Algunas investigaciones, han demostrado que la falta de caricias, puede provocar en la bebé un retraso en su desarrollo psicológico y una degeneración física que incluso la lleve a la muerte a pesar de tener el alimento y la higiene necesarios para sobrevivir. Cuando no recibimos una cantidad mínima de caricias entramos en un proceso de enfermedad. Y esto es válido a cualquier edad.

 

 

 

 

…porque andando se hace el camino…

                                       Escribo como mujer

 

 

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