Cómo dar un buen abrazo
La mayoría de las veces, un buen abrazo, surge solo, la otra persona te lo pedirá (aunque no tenga que ser directamente, por ejemplo puede estar llorando y que sea esta su manera de pedirlo) o puedes pedirlo tú, tanto si lo quieres dar como si eres quien lo necesita.
Para dar un buen abrazo es necesario que este sea sincero, que queramos darlo, así podremos transmitir todo lo que queremos a la otra persona.
No podemos juzgar a la otra persona mientras damos el abrazo, puede que la razón por la que lo necesita nos parezca una tontería pero no sabemos de qué forma le está afectando, así que cuando vayamos a darlo, despojémonos de todo juicio que tengamos para que nuestra mente esté lo más «limpia» posible.
Lo que quiere decir, <no pienses>, tanto si lo estás dando o recibiendo, intenta no pensar en nada mientras estás dando el abrazo, simplemente, céntrate en sentir, déjate llevar y que tu cuerpo responda como necesita, puede que necesite llorar, que necesite reír, o que no necesite hacer nada en especial. Si existen emociones que quieren aparecer, déjalas que salgan y que digan lo que tengan que decir.
Tómate todo el tiempo del mundo para dar un buen abrazo, no tengas prisa, ya que no sabes cuánto tiempo va a necesitar la otra persona para sentirse bien. Hay abrazos muy cortos y otros que duran… La conexión de los dos y lo que estéis sintiendo en ese momento definirá el tiempo del abrazo.
Agradece siempre, dar un buen abrazo es algo para muchas íntimo, otras, puede que solo lo den a gente específica, así que siempre que te den un buen abrazo, da las gracias.
Los seres humanos tenemos necesidad de contacto, de caricias y de miradas. También incide en la importancia de tener tiempo para demostrar nuestro cariño. A veces, antes de dar un buen abrazo hay que pedir permiso para evitar que la otra persona se sienta invadida. Mirarse y conectar antes de darlo ya nos da una pista de si la otra persona está abierta a recibirlo.
…porque andando se hace el camino…
Escribo como mujer