Las personas somos seres frágiles e interdependientes,
pero es el miedo a la dependencia lo que nos lleva
a poner distanciamiento con
nuestro entorno.
Distancia que nos sumerge en la soledad a la
cual tememos y de la cual huimos.
Esa lucha entre la distancia y el anhelo
de cercanía nos lleva a un continuo conflicto
entre sí quiero y no quiero estar contigo.