Compartía un día de ocio con amigas donde éramos dos chicas y cuatro chicos. En los grupos siempre salen comentarios sobre chicas, chicos, relaciones, etc. Y así en éste la otra chica comentó que una amiga suya se acababa de separar. Rápidamente uno de los chicos le dijo que podía traerla al grupo, a lo que ella enseguida dijo:” Mi amiga es mucha mujer”. Los chistes y las bromas se sucedieron hasta que nos dimos cuenta que a lo que se refería era a que su amiga era muy guapa.
Me quedé con la expresión y posteriormente he estado reflexionando sobre ello. Me pregunto qué somos ella y yo; ¿Somos poco como mujeres? ¿Ser mucha mujer es ser guapa y no llegar a ese canon nos convierte en medias mujeres?.
Me llama la atención cómo utilizamos el recurso del sexo (cuerpo biológico) para hablar de cuestiones físicas de belleza, de actitud, de personalidad, de deseos, etc. El hecho de ser mujer u hombre viene marcado por el cuerpo, mientras que el resto son características individuales.
No somos conscientes que al generalizarnos a partir del sexo caemos en viejos tópicos y prejuicios de lo que se supone somos las mujeres y los hombres. Prejuicios que hemos heredado y están muy arraigados en nuestro día a día, en nuestra manera de pensar y relacionarnos y no somos conscientes de lo que nos encorsetan y dificultan en la relación entre los sexos. Limitan el modo de ver, entender y analizar la realidad que nos rodea, dejándonos llevar por el argumento fácil a la hora de explicar algo que vemos.
El sexo, mujer u hombre es biológico y compartido y será la experiencia personal lo que marcará y mostrará lo que es cada cual. Explicar desde los tópicos y/o prejuicios a una persona o situación, nos roba nuestra individualidad. Nos coloca en una generalidad difusa, inespecífica y demasiado fácil y superficial. No vemos a la persona concreta, vemos al tópico y/o prejuicio interiorizado. Lo que el sexo arrastra.
También nos resta responsabilidad, porque algo explicado desde el sexo, ya queda justificado, no está claro si puedo cambiar eso o no, porque como soy mujer u hombre… soy así. Me justifico y evado la obligación conmigo misma. La explicación o comprensión de lo que sea debe venir desde la individualidad. Eso sí le da un carácter personal. Si queremos cambiar o mejorar como personas, el cometido está en cada cual. Explicar pensamientos, actitudes, expresiones, gestos, etc., desde el sexo, nos lleva a la inmanencia, mientras que si las vemos desde lo personal, abrimos la puerta al cambio, a la superación, al crecimiento personal.
…porque andando se hace el camino…
Escribo como mujer (en femenino)
Gurutze Olaizola Larrañaga