LA CONTRADICCIÓN
Cuántas veces nos vemos atrapadas con sentimientos contradictorios en un círculo que no termina. No entendemos que ambos sentimientos se presenten de manera clara, sobre todo si están relacionadas hacia alguna persona cercana.
No aceptamos la presencia de sentimientos negativos hacia quien nos da tanto o nos ayuda cuando lo necesitamos. La inquietud y la culpa se instala en nuestras conciencias si el sentimiento negativo nos invade. La culpa nos va invadiendo porque no soportamos que tales sentimientos puedan anidar y surgir de nosotras hacia quien tanto bien trata de hacernos.
Los sentimientos, todos, son válidos, tienen su objetivo y razón de existir, por lo tanto, sentirlos es sinónimo de que estamos vivas. Es pensar que algo nos quieren decir, que nos mandan un mensaje que debemos desvelar, entender, para saber que es lo que nos está pasando. No se trata de rechazar lo que sentimos, de censurarnos y castigarnos. El castigo no soluciona nada, más bien, nos lleva a un desasosiego, nos sume en un estado de tensión y rabia hacia una misma.
Lo sano es leerlos, darles un sentido e interpretación. La confusión que nos domina se irá transformando en luz y tranquilidad, pero para ello necesitamos darnos el tiempo suficiente y la reflexión necesaria para dar coherencia y entendimiento a lo que nos está sucediendo. Dar sentido a esos sentimientos negativos que tanto nos perturban.
Centrémonos, pues, en dar una lectura a nuestros sentimientos pues ello nos llevará a entendernos, conocernos, aceptarnos, y sobre todo, y lo más importante, a querernos más. Eso nos lleva a la libertad y al bienestar.